ALQUIMIA, UN CAMINO DE AUTOTRANSFORMACION:

Por medio de un gradual y profundo autonocimiento y comprensión de la vida, así como de otros conocimientos y herramientas, irás descubriendo tu grandeza y dejarás atrás tanto de tu dolor que un día dirás que ese del pasado no pudiste ser tú!

sábado, 20 de noviembre de 2010

Amo Mejor cuando Me Amo

Amor Incondicional

Buscamos ser amados “incondicionalmente”, pero olvidamos que para ser amados de esa manera deberíamos también saber amar a otro (s) de igual forma. Más olvidada está, en el fondo de nuestro ser, otra verdad: No podemos amar a otro si no podemos amarnos a nosotros mismos y podemos amar a otro sólo en la medida que podemos amarnos a nosotros mismos. Es una cuestión energética, atraemos lo que emitimos, si no nos amamos o nos amamos pobremente seremos pobremente amados. Si estás en un camino de crecimiento y miras hacia atrás, podrás ver que la clase de gente que te rodea es distinta a la que te atraías años atrás, cuando estabas más fracturado emocionalmente y, si no es así, al menos puedes ver con mayor claridad quienes traen qué tipo de energía y puedes decidir hasta dónde dejarlos entrar en tu mundo, entorno, emociones.

El Amor Incondicional está mal interpretado, se nos enseñó que amar incondicionalmente tenía que ver con aceptarlo todo, siempre, aún cuando te signifique dolor o hasta peligro de algún tipo. Pues no es así, el amor incondicional tiene que ver con la aceptación de otro tal como es, pero no con una resignación muerta sino como una conciencia de que el otro está siempre en proceso, no es algo definido para siempre, la gente cambia, crece y yo doy fe de ello. La gente -como dice Humberto Maturana- siempre “está siendo”, no “es”, no se la puede etiquetar, catalogar, enjuiciar y condenar como algo estático.

El Amor Incondicional tiene que ver con “aceptación” pero no con autonegación a favor de otro. Yo puedo aceptarte como eres, porque puedo comprender-te, puedo No hacer un juicio sobre ti, puedo seguir amándote profundamente, puedo entender que vives TU EXPERIENCIA DE VIDA, A TU MANERA y que tienes derecho a enfrentar tus procesos a tu propio ritmo, PERO todo lo anterior no significa que yo debo boicotear mi crecimiento, intoxicar mi energía con tus “faltas” (sólo por decirlo de alguna forma), disminuir mi felicidad nada más por lo mucho que te amo. Esto es amor por mí.
Mientras estemos en proceso de comprender lo que es el verdadero amor incondicional,será importante tener claridad respecto de lo anterior.
En toda clase de relación, hay que mantener la conciencia de en dónde están los límites. Más allá o más acá da lo mismo, pero que sean TUS LIMITES de amor por ti mismo y amor al otro.

Amar Incondicionalmente a otro tiene relación con tu propia autoaceptación. Conocerte profundamente, con tus luces y tus sombras, aceptarte como un todo, integrado, sin autodegradarte ni despreciarte sino tomando todo tu ser como una perfecta expresión en expansión, te irá dejando claros tus límites de amor, Amor Incondicional verdadero.


Bárbara Belmar Menanteau
(c)Derechos reservados

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Querer Sanar

Quizás hayas escuchado a alguien decir que tal o cual persona no sana porque no quiere. En el círculo de los terapeutas se escucha a menudo que lo que uno hace es entregar ciertas energías pero que si la persona no “está lista” para sanar o si “no quiere” sanar entonces no sanará. Las energías, entonces, quedan en el campo energético del receptor, esperando la ocasión de ser invitadas a actuar.
Pero claro, si se te ocurre decirle a alguien, enfermo y sufriente, que en realidad no quiere sanar lo mínimo que puede pasar es que te mire con rabia y te diga “Acaso Ud. cree que me gusta estar como estoy?”

De qué se trata esto?
Por un lado, una enfermedad es lo último que ocurre cuando hay un desarreglo a nivel emocional/mental. Por mucho tiempo el cuerpo te manda señales avisándote que mires ciertas cosas, acontecimientos, actitudes tuyas, situaciones que mantienes, emociones que no aclaras, etc. Lo normal es que no te enteres de que “esos” malestares tienen que ver con asuntos emocionales o mentales y los dejas pasar. La medicina alópata te ayuda a dejarlos pasar y, en caso de que ya se declare una enfermedad, la medicina tradicional te puede sanar corrigiendo los efectos de lo que comenzó como una “alerta”. Sin embargo, si no logras ver el origen real y profundo de tu enfermedad, esta volverá ya sea de la misma manera o mutando en otra enfermedad. Es aquí en donde calza aquello de estar listo o no para sanar.

Por otro lado, bien puede ser que aún cuando vas al doctor, te sometes a cirugías y tomas remedios no te sanas, sufres y tu dolor es real; tu familia sufre y su dolor es real, tu no quieres que ellos sufran pero ahí está el dolor. Seguro que “quieres sanar”!
Pero antes de reaccionar explórate profundamente, no tienes que decirle a nadie lo que encuentres, sólo anda profundo dentro de ti: ¿Qué tan útil te ha sido estar enfermo (a)? ¿A cuántos que querías alejar conseguiste alejar? ¿A cuántos que querías sensibilizar y tener a tu disposición pudiste convencer? ¿De cuántas situaciones te salvaste o cuántas situaciones que querías conseguiste?
Otra vez: El enfermo sana cuando quiere sanar.

Si todo lo anterior ya está en orden y la enfermedad persiste es que tu cuerpo físico ya estaba demasiado dañado cuando tomaste cartas en el asunto, daño que no sólo adquiriste en esta vida sino como una carga energética de vidas pasadas e información genética que se hace realidad si le has dado las condiciones óptimas para que así sea.

Y claro, los milagros existen, pero eso es algo que no decides tú en tu conciencia actual sino a otros niveles.

Pon atención y dale importancia a las señales que te da tu cuerpo, si lo haces descubrirás muchas cosas de ti… la enfermedad es a menudo un oportunidad de sanación profunda de tu ser.

Bárbara Andrea Belmar Menanteau
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