Moral: Reglas de comportamientos y conductas aceptadas por una cultura u orden social como correctas y por las cuales se rige u ordena la vida de quienes están de acuerdo con ellas.
Moralidad: Actitudes, comportamientos o ideas acordes con el código moral de una sociedad.
Amoral: Que no conoce o es indiferente al sentido moral.
Inmoral: Que se opone o agrede el sentido moral o la moralidad de un orden social.
¿Y tú, has aceptado la moralidad de otros o has descubierto la tuya?
Tu moralidad, es cómodo egoísmo o cinismo, o se guía por la verdad del Amor y la Sabiduría Divinas?
¿Cómo juzgas la siguiente situación verídica?
Margarita fue una niña de su casa, criada a la antigua y jugando con las niñas de su barrio. Creció, se casó con su primer pololo y siguió viviendo en el mismo barrio. Conservó toda la vida esas amistades con las que nunca se pierden los lazos y esos lazos alcanzaban para abrazar padres, hermanos y esposos de todos.
Margarita se casó con un hombre que la hizo sufrir toda la vida, pero ella fue criada para aguantar y aceptar. Jamás podría haberse separado, era mal visto y ella era una señora de su casa. Lo habría aguantado toda la vida si él no se hubiese ido y abandonado con muchos hijos. Los hijos crecieron, se educaron como pudieron y lograron, en su mayoría, ser profesionales, de modo que pudieron mantenerla en la vejez. Pero antes de eso, Margarita tuvo una oferta, cuando los hijos eran aún escolares y no rara vez no tuvo para comprarles medicina, alimento y abrigo.
Don Elías era el padre de una de sus amigas de infancia, ahora viudo y solo puesto que sus hijos vivían muy lejos y no lo necesitaban. Como las familias vivían cerca, siempre se habían visitado, así que no fue raro ver llegar a Don Elías esa tarde, sin embargo parecía un tanto preocupado y cabizbajo. Después de una conversación simple, tocando temas triviales, Don Elías, un poco avergonzado y temeroso le dijo a Margarita:
-“Mija…he estado pensado mucho…..estoy viudo, solo y me queda poco y nada de tiempo en esta vida…”
-No! -dijo Margarita, sorprendida- Usted nos va a enterrar a todos!
-No…tu sabes…estoy enfermo y del próximo ataque no me salvo…
-Pero Don…..
-Mija, no me interrumpas, deja a este viejo hablar en serio…
Mis bienes los heredarán mis hijos y no es malo eso, pero he pensado que mi pensión es buena y todavía me quedan muchos fondos…..sería una pena que muriendo yo nadie los pueda aprovechar como pensión…..trabajé tanto toda mi vida y ahora no tengo a quién beneficiar con una pensión cómoda cuando me muera….
Te conozco desde que naciste y entre tu familia y la mía ha existido siempre un gran cariño, sé que has sufrido y que hoy no tienes cómo cubrir las necesidades de tus hijos ni las tuyas y menos tendrás cómo sobrevivir en tu vejez….
Margarita abría los ojos y la boca intuyendo para dónde iba la conversación, pero ya no se atrevió a interrumpirlo.
Mira…yo no quiero que pienses que soy un viejo degenerado, yo no te pido nada a cambio, ni pienses que pretendo algo…por favor…sólo quiero decirte que…
Don Elías miraba a Margarita con pánico, pero estaba totalmente decidido a decírselo. Se detuvo unos segundos, tomó fuerzas y prosiguió.
Eres una buena mujer, que merece todo…¿Quién mejor que tú para quedarse con mi pensión?
-Pero Don Elías -saltó Margarita- qué está diciendo!?
Margarita saltó del sillón en que estaba cómodamente instalada y tapándose la boca con ambas manos se giró hacia la ventana. Don Elías, en cambio, ya sin poder saltar de su asiento, tragó saliva y esperó a que Margarita volviera, con la vista baja.
Cuando ella volvió a sentarse, Don Elías siguió:
-No te asustes mija…ya te dije que no te pido nada, absolutamente nada, ni creas que te pediré que vivas conmigo, que me visites, que me atiendas, NADA. Sólo permite que los fondos por los que yo trabajé tanto toda mi vida, pasen a ti cuando yo me muera, eso me haría feliz y moriría sabiendo que hice un bien…
-Pero Don Elías -titubeaba Margarita- pe…pe…pero qué dirían sus hijos, qué diría la gente cuando supieran, se imaginarían cosas….
-Y te importa eso, mija, sabiendo que ninguno de ellos vendrá a darte un vaso de agua cuando seas vieja?
-Pero tengo a mis hijos, ellos no me abandonarán…
-Tus hijos no te abandonarán, pero no sabes cómo les irá en la vida y quizás, aunque ellos quieran, no podrán cubrir todas tus necesidades y las necesidades de sus familias…
En fin, la conversación no fue mucho más larga y tampoco se logró más acuerdo que la negación de Margarita. Don Elías se fue triste, caminando las cuadras que lo separaban de su casa, sintiéndose incomprendido y más solo que nunca…
Margarita cerró el capítulo y calló el escándalo…hasta que me lo contó a mi.
Hoy, ella es mantenida por algunos de sus hijos, los que pueden. Cuenta las monedas para tomar locomoción, debe plata en el almacén de la esquina, no se hace todos los exámenes médicos que necesita hacerse y se somete a injusticias porque no se atreve a decir lo que de verdad piensa, se pueden enojar…
Don Elías murió dos meses después de haber hecho esta oferta a Margarita.
Bárbara Andrea Belmar Menanteau
(c) Todos los derechos reservados
En medio de tanto caos todo parece perdido,pero las mismas energías que están poniendo en evidencia lo que está mal, son las que promueven el cambio hacia una Nueva Humanidad. Atrévete a ser parte de los que apuestan por una vida mejor para todos, atrévete a comenzar el cambio partiendo por tí mismo, atrévete a ser un alquimista.
ALQUIMIA, UN CAMINO DE AUTOTRANSFORMACION:
Por medio de un gradual y profundo autonocimiento y comprensión de la vida, así como de otros conocimientos y herramientas, irás descubriendo tu grandeza y dejarás atrás tanto de tu dolor que un día dirás que ese del pasado no pudiste ser tú!
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