Para la mayoría de los seres humanos, la felicidad es
sinónimo de que todas las cosas de su vida marchen según lo que cada uno estime
que es lo mejor, lo correcto y lo que llene SUS ESPECTATIVAS. Desde esta
perspectiva, la felicidad no puede más que ser efímera, frágil, escasa y poco
confiable.
Todas las expectativas de vida, esperanzas y ambiciones - tanto para nosotros
como para los que amamos- están basadas
en los miedos que condicionan cada pensamiento, por lo tanto, no serás lo
suficientemente feliz nunca, porque nunca estarán todas las necesidades
completamente cubiertas. Nunca tendrás suficiente amor para dar o recibir,
nunca tendrás suficiente dinero para hacer todo lo que quieres, nunca tendrás
suficiente salud…o bien, si tuvieras esto podrías aquello, si tu situación fuera esta
otra tú podrías…. Se confunde el
legítimo derecho a ser previsor con un miedo irracional a la carencia, se
confunde el legítimo derecho a la planificación con la obsesión de controlarlo
todo. Amigo, tarde o temprano te darás cuenta de que no controlas nada, o muy
poco, que a pesar de todas tus previsiones la vida te sorprende, verás que a
pesar de tus planes la vida te cambia el rumbo cuando menos te lo piensas.
¿Dónde está el equilibrio?
El equilibrio está en ese punto en donde haces lo que tienes
que hacer y el resto lo dejas en las manos del Universo, de Dios, de la Vida…En
la confianza y entrega plena, en la certeza de que las cosas serán como tienen
que ser a pesar de que no siempre lo comprendas de inmediato.
La felicidad tanto como la tristeza son emociones pasajeras
independiente de cuánto duren en cada caso. Es tu elección extraer de cada
experiencia la enseñanza que siempre contienen. En este mundo de Tercera
Dimensión necesitamos las experiencias duras para aprender, pero sería muy
provechoso quitarle la carga de “malas” a las experiencias desagradables y
vivir el duelo o la frustración o la rabia que ellas nos generan como emoción y
luego salir de allí para comprender su enseñanza.
¡Cuánto más rápido avanzarías si en lugar de quedarte pegado
en el rencor, la rabia o el dolor fueras lo suficientemente valiente como para
VER qué tienes que aprender allí!
Si tan sólo comienzas a practicar esta forma de vivir,
comenzarás a soltar tus ansiedades y expectativas, tus afanes de control y algo
de tus miedos, entonces verás que tienes más felicidad de la que conocías en tu
vida y la gratitud se abrirá paso en tu corazón. Es en este punto en donde
comienza brillar dentro de ti la luz de permanente felicidad, que sin extraer
de la vida sus matices te mantiene a ti en un permanente estado de gratitud y
felicidad.(c)
Bárbara Belmar Menanteau
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