Hace unos 7 años, quizás 8, mi Amado Maestro y Guía
principal me miró de frente con mirada amorosa y desafiante, estábamos a menos
de dos metros de distancia el uno del otro y, sin decir palabra, se hizo a un
lado. Girando sobre su lado izquierdo, me mostró el horizonte extendiendo su
mano derecha e invitándome a andar. Entendí,
nos íbamos a separar…Después de tanto tiempo juntos!!!!
“¿Cómo se te ocurre? – le dije- Estás loco?!
Me muero sin ti, no puedo!
No
puedo, por favor dime que no es verdad.”
“Amada mía - me
dijo- ya es hora, debes pasar a la
siguiente etapa SOLA, no sería Maestro si te mantengo a mi lado cuando ya debes
levantarte sola.”
“No! Me
niego! Ya no me amas? Dónde está tu amor? Acaso no me has dicho mil veces que tanto me
amas?! Es mentira entonces, me
traicionas!!
Quién me dará las respuestas? De
dónde sacaré las enseñanzas?
Te das cuenta de que me dejas a oscuras? Cómo puedes ser tan cruel?!!
Está bien, me voy…pero después no te quejes de aquello en
lo que me convertiré.”
EL sólo me miró con comprensión infinita y con un amor que
me irritaba aún más. Me dijo:
“Te aseguro que un día comprenderás y me darás las gracias
por dejarte sola ahora. Te aseguro que un día, cuando ya hayas descubierto y vivas
la realidad de que TODO está dentro de ti, ese día también entenderás que NUNCA
me he alejado. Ese día, querida mía, volveremos a abrazarnos, sin dependencia.”
Y hoy, mis amigos, le puedo decir: Mi Amado Maestro no
mentía…
Bárbara Belmar Menanteau (c)
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