¿Cuántas veces hemos vivido? ¿Es la primera y única vez que pisamos esta tierra, experimentamos la vida, amamos u odiamos? ¿Qué aprendemos en una vida, una sola? ¿Una sola vida para saber lo que es ser felices? ¿Una sola, para no conocer el amor?
A mi me costó aceptar la idea de que somos seres que viven una vida como esta más de una vez. Aunque en el fondo algo me decía que era perfectamente posible, tenía que obedecer y creer ciegamente lo que me habían dicho desde pequeña, tan solo permitirme pensar algo distinto ya era pecado y traición. Sin embargo, el peso de la evidencia que me llegaba por todos lados, no sólo de vidas pasadas y sucesivas sino de muchos otros temas espirituales, ganó por sobre las creencias espirituales obligatorias que había aceptado hasta entonces. Después de todo, el conocimiento sobre vidas y encarnaciones sucesivas es un tema conocido desde hace varios miles de años, más de 2000.
Claro, me dirán algunos, nadie ha vuelto de la muerte para contar lo que hay allá y menos se sabe de alguien que diga y sepa que ha vivido más de una vez. Pero sí hay gente que ha pasado al otro lado y ha vuelto, y sí hay ya, a estas alturas, muchísima información respecto de estudios sobre vidas pasadas realizados por gente seria. Lo que pasa es que quienes niegan esta información, la desvirtúan y manipulan lo hacen por el temor subyacente de perder autoridad y poder.
A pesar de que su muerte fue como fue, Jesús no vino a pagar un “precio” por nuestros pecados, El no es hijo único de un Dios despiadado que necesita que corra sangre humana como desagravio, Jesús vino a mostrarnos que hay otro estilo de vida, basado en el amor, el respeto, la justicia y a enseñarnos que todos, absolutamente todos podemos llegar a hacer las cosas que él hizo. Sanar a los enfermos, multiplicar los panes no son milagros, tal como se les ha entendido sino el ejemplo de lo que un ser como nosotros puede llegar a hacer a su debido tiempo de evolución espiritual y de conciencia.
Nosotros, cada uno de nosotros, seres hechos de la misma materia y esencia de Dios, tal como Jesús - no menos- estamos llamados a recorrer el camino que lleva a ese estado de conciencia y evolución que tenía Jesús cuando vino hace más de dos mil años. Nuestra tarea es, vida tras vida, adquirir sabiduría y hacernos grandes en amor, hasta alcanzar el estado de conciencia que Jesús nos vino a mostrar como ideal y herencia natural.
Qué clase de Dios da una sola oportunidad para “hacerlo todo bien” sabiendo cómo es la vida aquí y a cuántas cosas debemos sobreponernos?
Por el contrario, un Dios infinito, que no teme perder poder y control, un Dios omnipotente, eternamente amoroso y sabio permite que los hijos crezcan y aprendan hasta lograrlo. Dios tiene tiempo de sobra para esperarnos, a El nadie lo apura ni tiene que rendirle cuentas a nadie.
Jesús ascendió, un día nosotros también lo haremos…..”Cuando seamos grandes” y después de muchas vidas.
Bárbara Andrea Belmar Menanteau
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En medio de tanto caos todo parece perdido,pero las mismas energías que están poniendo en evidencia lo que está mal, son las que promueven el cambio hacia una Nueva Humanidad. Atrévete a ser parte de los que apuestan por una vida mejor para todos, atrévete a comenzar el cambio partiendo por tí mismo, atrévete a ser un alquimista.
ALQUIMIA, UN CAMINO DE AUTOTRANSFORMACION:
Por medio de un gradual y profundo autonocimiento y comprensión de la vida, así como de otros conocimientos y herramientas, irás descubriendo tu grandeza y dejarás atrás tanto de tu dolor que un día dirás que ese del pasado no pudiste ser tú!
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