ALQUIMIA, UN CAMINO DE AUTOTRANSFORMACION:

Por medio de un gradual y profundo autonocimiento y comprensión de la vida, así como de otros conocimientos y herramientas, irás descubriendo tu grandeza y dejarás atrás tanto de tu dolor que un día dirás que ese del pasado no pudiste ser tú!

jueves, 29 de enero de 2009

No te sientas culpable.

He oído muchas veces que la culpa es buena y necesaria porque a partir de ahí la persona debería darse cuenta de lo que hizo mal y entonces aprender y, en lo posible, rectificar. Cuando alguien hace algo que a nuestro juicio estuvo muy mal deseamos que “se sienta culpable” para que “vea” lo que hizo, cuando en realidad lo que queremos es que el personaje sienta vergüenza y dolor.

Si pudiéramos desmenuzar lo que hay dentro de lo que llamamos culpa, qué encontraríamos?
Dolor, vergüenza, miedo, angustia….
Mientras nos sentimos culpables estamos usando en ello tanta energía que no somos capaces de ver claro. Podemos desear no haber hecho “aquello” que nos hace sentir culpables, pero estamos lejos de ser capaces de comenzar un cambio profundo que nos permita crecer de verdad.

Para mí, el proceso que llaman culpa se llama de otra manera, se llama “aprendizaje”, sintonía con una verdad superior que se revela, se llama descubrir que estamos condicionados para actuar de cierta manera y que esos condicionamientos pueden y deben ser removidos para permitir que nuestro YO más sano e iluminado comience a retomar sus dominios naturales, nuestra mente, nuestra alma y la vida misma.

La culpa, en cambio, tiene que ver con un sentimiento de inferioridad respecto de lo que somos, la culpa empequeñece al ser humano, lo limita, empujándolo hacia sentimientos no constructivos, de autocompasión extrema, de rencor hacia otros -los que tienen la culpa de que yo sea como soy- , de rencor y desprecio por sí mimo. El sentimiento de culpa no es un sentimiento que ilumine, no tiene conexión con una verdad liberadora superior.

Hay que salir de la comodidad de decir “ellos tienen la culpa de que yo sea como soy”, porque hicieron esto o dejaron de hacer lo otro, o más aún, ellos son culpables porque me lo pasaron en los genes.
Por qué no ser más valientes y decididos y declarar que somos dueños de nosotros mismos?
Ninguna tendencia genética, ninguna carencia en la infancia es imposible de superar, somos más poderosos de lo que creemos, lo demás es cobardía o comodidad.

Ni siquiera si lo que hiciste ha tenido unas consecuencias que hoy no quisieras mirar significa que no puedas hacer de esa experiencia una instancia de “aprendizaje y crecimiento”. Puedes considerar que “te equivocaste”, pero ya sea que te equivoques o no, SIEMPRE aprendes algo y las consecuencias de tus elecciones pueden ser gratas o no, pero que no lo sean no tiene que ver con que hayas elegido mal, sino porque algo tenías que aprender.

Si te sientes culpable quítate esa idea. Empieza a desmenuzar en calma las emociones y aprende. Te liberarás.
Bárbara Andrea Belmar Menanteau
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